En los parques de China, los progenitores se convierten en casamenteros armados con carteles, paraguas y esperanza

En tiempos donde el amor parece resumirse en un “deslice a la izquierda” o “deslice a la derecha”, encontrar pareja nunca había sido tan fácil… Ni tan difícil. Mientras Tinder, Bumble o Hinge prometen compatibilidad mediante algoritmos, en China la “aplicación” de citas más concurrida no requiere conexión a internet, solo una impresora, un paraguas y unos padres preocupados.

Cada fin de semana, parques enteros de ciudades como Pekín, Shanghái o Chongqing se transforman en un mosaico de carteles plastificados con descripciones personales. No son los propios solteros quienes los colocan, sino sus progenitores. Es el llamado mercado matrimonial o xiangqin jiao (literalmente, “r

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