Era solo una noche de temporada regular, con el Jazz en la parte baja de la tabla y los Suns, campeones recientes, buscando recuperar el rumbo. Pero el baloncesto, a veces, se encarga de reescribir las reglas cuando menos lo esperas.

A los 19 segundos del final del cuarto periodo, Utah llevaba una ventaja de siete puntos. Parecía cerrado. Hasta que Devin Booker tomó el micrófono. Dos triples seguidos, uno desde el borde del círculo, otro desde el ángulo derecho, como si el tiempo se detuviera solo para él. Luego, una falta técnica que llevó a la cancha el primer tiro libre de Booker… y el rebote ofensivo de Mark Williams , que empujó el balón al aro con la mano izquierda, forzando la prórroga. Nadie lo creyó. Nadie lo vio venir.

Pero entonces, entró Lauri Markkanen .

En los ci

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