Candidatos como Abelardo de la Espriella y Vicky Dávila no consideran un mérito movilizar a más de 2,5 millones de ciudadanos, pero otros como David Luna y Mauricio Cárdenas dicen que esta es una señal de alarma

La alta afluencia a las urnas para elegir al candidato del petrismo el pasado domingo produjo dos narrativas opuestas en la derecha colombiana. Los más radicales, si se angustiaron por la movilización de 2,7 millones de votantes, optaron por disimularlo. El ultra Abelardo de la Espriella incluso descorchó una botella de vino y brindó por el supuesto fracaso de sus rivales. “El pueblo ha decretado el entierro del petrismo”, exclamó en un video. Los derechistas moderados, en cambio, expresaron su angustia sin tapujos y enfatizaron que la negación es un error. “El mensaje es claro:

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