En una casa del barrio Tropero Sosa, en San Martín , se escuchó un " feliz cumpleaños " cargado de emoción. Sabrina Chirino, mamá de Máximo Zavala , preparó una torta y encendió las velitas para celebrar los 11 años de su hijo, aquel niño que en 2020 , con apenas 5 años, cayó a una pileta y sufrió un daño cerebral irreversible.

Fue en plena pandemia cuando la vida de la familia cambió para siempre. Sabrina trabajaba como empleada en un complejo hotelero y ese día no tenía con quién dejar a Máximo. En un descuido, el niño se acercó al agua . “Lo encontré flotando , inconsciente. Pensé que se me moría ”, recuerda.

En el Hospital Notti lograron salvarle la vida, pero el diagnóstico fue devastador: daño cerebral severo.

Máximo cumplió 11 años. Su mamá y su familia ce

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