La detención de un escolar ecuatoriano de 16 años expone el rostro más cruel del sistema migratorio estadounidense y del régimen de Donald Trump, donde el miedo paraliza a miles de jóvenes inmigrantes.

Redacción LTH

Joel Camas debía estar en su clase de historia en una mañana de octubre.

En lugar de eso, un grupo de agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) lo esposó frente a las oficinas federales del 201 de Varick Street, en el bajo Manhattan, fue la segunda vez que lo detuvieron. Tiene 16 años, portaba una mochila en la espalda y un permiso especial que lo protegía como “menor inmigrante especial”, un estatus reservado a niños víctimas de abandono o violencia.

No era un prófugo ni un criminal. Era un estudiante del Bronx que había ido, obedientemente, a cumplir

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