El hallazgo del cuerpo de José Antonio Romano, un contador de 52 años, dentro del freezer de su casa en Aguilares, provincia de Tucumán, sacudió a la comunidad local y encendió la alarma sobre un crimen de extrema crueldad.

Nacido el 23 de febrero de 1973, Romano era conocido por su perfil reservado y su carácter discreto. Trabajaba tanto como contador independiente como en la Dirección General de Rentas, con oficina en San Miguel de Tucumán.

También figuraba en registros previsionales vinculado a actividades de gastronomía, lo que indica que tenía varias fuentes de trabajo y un estilo de vida ordenado. Allegados lo describieron como una persona tranquila, sin conflictos previos ni amenazas conocidas, lo que hace aún más impactante el homicidio.

La investigación continúa con la

See Full Page