El vicepresidente de EEUU, J.D. Vance, ha intentado desesperadamente minimizar la reciente escalada de ataques israelíes contra la Franja de Gaza, un esfuerzo que pone en evidencia el intento de la administración Trump por salvar la narrativa de una «paz histórica en Medio Oriente» que se muestra cada vez más como una frágil ilusión.

Sus declaraciones no solo contradicen los hechos sobre el terreno, sino que también exponen la hipocresía de un gobierno que profesa trabajar por la paz global mientras sostiene una política exterior abiertamente beligerante.

En un ejercicio de malabarismo retórico, Vance declaró que el alto el fuego, supuesto logro de la administración anterior, «se mantendrá» a pesar de los intensos bombardeos ordenados por el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.

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