Mirarse al espejo parece un acto cotidiano, pero detrás de ese reflejo hay un complejo proceso neurológico y psicológico que pone en duda lo que creemos ver. Diversos estudios en neurociencia han demostrado que la imagen que percibimos frente al espejo no es una copia fiel de la realidad, sino una interpretación cerebral influida por la memoria, la emoción y la autopercepción.

El cerebro humano no funciona como una cámara. En lugar de registrar lo que está frente a nosotros, reconstruye la imagen basándose en lo que espera ver. Cuando alguien se mira, el cerebro ajusta proporciones, colores e incluso expresiones para mantener una coherencia con la identidad que se tiene de uno mismo. Por eso, la persona que ves en el espejo no es exactamente como te ven los demás.

Psicólogos de la percep

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