Hace un año que la Comunidad Valenciana sufrió la mayor catástrofe natural que ha asolado España durante lo que llevamos de siglo. Más de doscientas víctimas mortales y un nivel de destrucción que tardará todavía mucho tiempo en repararse dibujan un panorama dantesco que hace que el 29 de octubre de 2024 haya quedado fijado en la memoria colectiva como la fecha de un desastre que conmovió a todo el país. La respuesta que se ha dado desde la política a esta tragedia no ha podido ser más deficiente. Han primado dos hechos: el enfrentamiento entre administraciones y la falta de agilidad a la hora de afrontar los muchos problemas que ha traído la reconstrucción y la actitud de los principales responsables de que las cosas funcionaran. El que posiblemente haya mantenido una posición más incompr

See Full Page