La forma en la que el PSOE de Andalucía (PSOE-A) ha aprovechado la crisis del cribado del cáncer para atacar a la gestión sanitaria del Gobierno de Juanma Moreno se les ha ido totalmente de las manos. María Jesús Montero , actual ministra de Hacienda, vicepresidenta del Gobierno y secretaria general del PSOE-A , recortó un 8% del gasto sanitario y despidió a cerca de 8.000 profesionales durante su etapa como consejera de Salud en Andalucía, entre abril de 2009 y septiembre de 2013. Ahora, tras destrozar la sanidad pública andaluza, intenta aprovechar la crisis del cribado para generar un entramado de bulos que lanzan a diestro y siniestro a través de sus propios portavoces o de sus asociaciones afines, como AMAMA . A continuación, desmentimos 10 de los bulos lanzados por el socialismo sobre el cribado del cáncer de mama en Andalucía.
1. «Se borraron mamografías e historiales»
La acusación de que el Servicio Andaluz de Salud (SAS) habría «borrado» mamografías o historiales es, a día de hoy, una imputación sin pruebas. La propia Junta reconoció una incidencia técnica que impidió durante horas consultar informes en la app (ClicSalud+/Salud Andalucía), pero el consejero Antonio Sanz negó con rotundidad que eso supusiera la eliminación de datos: «En el SAS no se borran ni mamografías ni se manipulan informes».
Esa es la posición oficial, expresada públicamente y reiterada tras la polémica. Además, el SAS informó de la restauración del acceso a informes e imágenes y subrayó que la caída no supuso pérdida de datos ; es decir, no hubo destrucción de pruebas ni desaparición de historiales en los sistemas clínicos, sino un problema de visualización puntual en la capa de usuario.
Que la Fiscalía de Sevilla haya abierto diligencias por la denuncia de una asociación de pacientes no acredita la veracidad del «borrado»; significa que investigará si pasó algo y, en su caso, qué. Hasta la fecha, los indicios publicados apuntan a un fallo informático transitorio , no a una manipulación o borrado de mamografías, ni mucho menos.
2. «Desaparecieron informes de la app»
Otra variante del mismo bulo atribuye la no visualización temporal de informes a una «manipulación» deliberada. Lo que consta oficialmente es que la Junta notificó una incidencia técnica que impedía el acceso a pruebas diagnósticas desde la app y que, posteriormente, restableció el servicio. La caída afectó a la capa de acceso del ciudadano, no a las bases de datos clínicas , y no hay indicio de que se alteraran o suprimieran contenidos sanitarios.
De hecho, tras la resolución, el SAS precisó que «en ningún caso» la incidencia supuso «borrado ni pérdida» de pruebas, informes o historiales, que siguen accesibles en los sistemas corporativos (Diraya e imagen médica) aunque, durante la incidencia, algunos usuarios no los vieran en su móvil. Quinientas palabras de especulación no valen un parte técnico: cuando un sistema público reconoce la caída, la tipifica, despliega mitigaciones y lo restablece, la hipótesis conspirativa de «manos negras» carece de sustento.
3. «Hay más de 5.000 afectadas»
Se ha difundido la idea de que miles de mujeres con cáncer habrían quedado «abandonadas». Lo que se conoce, tras la primera comisión de seguimiento, es que la Junta eleva a 2.317 las mujeres afectadas por retrasos o seguimientos no completados en cribados, con especial concentración en casos BI-RADS 3 (hallazgos probablemente benignos que exigen control en plazos concretos).
Sin embargo, cabe recordar que no es lo mismo «tener cáncer» que requerir un control por un resultado no concluyente . A 1.778 ya se les ha realizado la segunda prueba que recomendó el radiólogo, según informó el propio Gobierno andaluz. ¿Hay un problema? Sí: un déficit de seguimiento que la Junta intenta corregir con un plan de acción. ¿Equivale eso a «abandonar» a mujeres con cáncer confirmado? No. La categoría clínica señalada (BI-RADS 3) no es un diagnóstico de cáncer, si no vigilancia por probabilidad benigna alta, aunque requiere cumplimiento estricto de plazos. Por tanto, transformar 2.317 expedientes en «2.317 cánceres abandonados» es falso y morboso . El debate real está en si se gestionaron a tiempo y qué medidas se aplican para reparar las demoras, no en inflar el lenguaje hasta convertir controles en cánceres.
4. «No hubo ningún seguimiento clínico»
Otra afirmación tajante que cae por su propio peso. La Junta ha reconocido que el protocolo era incompleto —y esto es relevante—, pero a la vez sostiene que sí existió seguimiento clínico , aunque insuficiente o mal estandarizado en determinados tramos. Esta admisión doble es clave: hubo fallos de procedimiento y lagunas organizativas que deben subsanarse; pero negar que hubiese cualquier seguimiento no encaja con los datos del propio plan de acción ni con las revisiones en marcha.
En paralelo, el Gobierno andaluz ha anunciado que ampliará el cribado y ha puesto en marcha medidas para mejorar la trazabilidad del circuito (citas de control, confirmaciones diagnósticas y registros). La crítica política es legítima —tarde y mal, etc.—; la negación absoluta («no hubo seguimiento») no lo es. La evidencia apunta a seguimientos incompletos o mal coordinados, especialmente en BI-RADS 3, no a un desierto asistencial. Reducir la discusión a «todo o nada» desinforma: se necesita protocolo completo, indicadores de cumplimiento y auditoría; eso es lo que la Junta dice estar desplegando para corregir la brecha.
5. «Recortan el rango de edad del cribado»
La realidad es la contraria: Andalucía ha anunciado la ampliación del cribado a mujeres de 45 a 75 años (hoy alcanza de 48 a 71, según las informaciones publicadas). La extensión supone incorporar cientos de miles de mujeres al programa en los próximos meses, reforzando el principio de detección precoz.
En este sentido, cabe destacar que este movimiento alinea a Andalucía con las recomendaciones que, en Europa , propugnan ampliar tramos hacia edades más jóvenes y aumentar la capilaridad del cribado. Presentar esa decisión como un «recorte» es falso: ni semántica ni técnicamente lo es. Otra cosa es el ritmo de implementación —la capacidad de los servicios de radiodiagnóstico, la dotación de personal y equipos—, pero eso habla del «cómo» y «cuándo», no del «qué». La medida va en dirección de mayor cobertura , no de menor. Si la discusión política quiere centrarse en plazos , recursos o calidad , es legítimo; si lo que se pretende es afirmar que «se recorta el rango», eso no se corresponde con los anuncios y documentos.
6. «Andalucía, la peor con el cribado»
Con los datos comparativos recientes, Andalucía aparece entre las comunidades que más mujeres incluyen en el cribado por amplitud de tramo etario: 25 años de cobertura de edad, equiparada con Galicia, Murcia y la Comunidad Valenciana , y solo por detrás de regiones con 29 años de tramo, según la Sociedad Española de Oncología Médica citada en cobertura periodística. Este enfoque de amplitud de edades es un indicador relevante de potencial de acceso: a mayor ventana de elegibilidad, mayor población diana. Otras métricas —porcentaje de invitaciones emitidas, tasa de participación, tiempos de respuesta— también importan y en ellas Andalucía deberá mejorar tras las incidencias reportadas.
Pero la frase rotunda «de las peores» es falsa si se atiende al criterio objetivo del tramo de edad incluido, que es el que la oposición ha usado a veces de forma selectiva en otros debates. La evidencia disponible sitúa a Andalucía arriba en ese parámetro. El diagnóstico honesto es este: ventana amplia de cribado, necesidad de reforzar seguimiento y recursos para convertir esa potencialidad en citas efectivas y revisiones a tiempo. Negarlo con un «de las peores» es, directamente, mentira. Un nuevo bulo socialista difundido con un único objetivo: acabar políticamente con Juanma Moreno.
7. «No citan ni llaman a las afectadas»
Es falso afirmar que no se ha contactado con las mujeres identificadas, tal y como han hecho desde la asociación AMAMA como desde el PSOE. Pero lo cierto es que tras la primera reunión de la comisión de seguimiento, la Junta informó de que 1.778 de las 2.317 mujeres afectadas ya se habían sometido a la segunda prueba indicada , lo que se traduce —inevitablemente— en citación activa y priorización.
Que el proceso sea perfectible (ritmos, colas, turnos doblados, cobertura real de vacantes) no lo convierte en inexistente. Además, el plan de choque fija metas temporales (por ejemplo, revisión antes de una fecha determinada) y ordena reforzar unidades con contrataciones. De este modo, la afirmación de «no se está citando» es, de nuevo, mentira .
8. «No ponen ni un euro, ni un refuerzo»
También es falso. El SAS ha anunciado un plan extraordinario dotado con 12 millones de euros y la incorporación de 119 profesionales sólo para reforzar el Programa de Detección Precoz del Cáncer de Mama: radiólogos, enfermeras, técnicos de radiodiagnóstico y auxiliares, entre otros, con el objetivo de aumentar la capacidad diagnóstica, reducir tiempos de respuesta y mejorar la información clínica.
Fuentes sectoriales detallan la distribución (por ejemplo, 65 radiólogos, 20 enfermeras, 18 técnicos y 16 auxiliares), y medios generalistas han fiscalizado las dificultades para cubrir todas las plazas, lo que ha obligado a doblar turnos en algunos centros. Que haya cuellos de botella de contratación —frecuentes en radiología en toda España— no implica que no exista plan , presupuesto y refuerzo ; implica que la ejecución requiere seguimiento: altas efectivas, horas añadidas y actividad. Además, el Consejo de Gobierno ha aprobado inversiones amplias en otros cribados (colon y cérvix), que complementan la estrategia oncológica. Por tanto, afirmar que «no han puesto ni un euro» no es verdad.
9. «Médicos destruyeron pruebas»
La acusación de destrucción de pruebas es especialmente grave y, de nuevo, no está acreditada. La secuencia documentada es: denuncia de asociaciones ante Fiscalía por supuesta desaparición de historiales en la app; apertura de diligencias; reconocimiento por la Junta de una incidencia técnica en el acceso ciudadano; restablecimiento del servicio y negación expresa de que se haya borrado o manipulado nada en los sistemas clínicos.
En otras palabras: se investiga —como debe hacerse—, pero lo que hoy existe es una versión técnica de fallo temporal de acceso y una negativa oficial a cualquier destrucción o manipulación. Cabe destacar, en este sentido, lo sorprendente que es que la izquierda culpe a los propios médicos de haber borrado pruebas. Una grave acusación que, una vez más, es mentira.
10. «El PP ha destrozado el SAS»
El Servicio Andaluz de Salud (SAS) ha incrementado su plantilla total de alrededor de 100.875 profesionales en 2018 a 128.332 en 2025 , lo que supone un aumento aproximado del 27%. En cuanto a inversión sanitaria, el gasto por habitante ha pasado de 1.169 euros en 2018 a 1.765 euros proyectados para 2025, lo que representa un incremento cercano al 51%.
También se ha multiplicado por cuatro la inversión en infraestructuras sanitarias desde 2019 , alcanzando casi 2.900 millones de euros y más de 1.800 actuaciones entre hospitales, centros de salud y consultorios . Por tanto, afirmar que el sistema público ha sido «destrozado» no se ajusta a los datos objetivos: plantilla, inversión y recursos han aumentado de forma sostenida desde que el PP llegó al Gobierno andaluz.

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