Nuestro país se ha destacado por ser un país pleno de ricas tradiciones culturales muy diversas entre sí, no todas ellas han sido lo suficientemente estudiadas y organizadas, ni conocidas y apreciadas plenamente por su población. Se han dado casos, por que se trata de manifestaciones de rasgos profundamente locales que solo se practican en pequeñas y distantes poblaciones, en otros porque -como sucede en algunos platos de nuestra gastronomía tradicional- su uso ha sido sustituido por costumbres y practicas globalizadoras, y en ciertas ocasiones por simple desconocimiento o desinformación asociada algunas veces a un débil sentido de pertenencia nacional.

Existen en cambio, manifestaciones que aun siendo de origen muy regional -como el joropo, la gaita, el calipso o la parranda- se han conv

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