Jamaica vive horas críticas tras el paso del huracán Melissa, el más violento jamás registrado en la isla. El ciclón, que alcanzó vientos sostenidos de hasta 295 kilómetros por hora, tocó tierra el martes en la localidad de New Hope, al suroeste del país, dejando un paisaje de destrucción y caos.

Calles convertidas en ríos, viviendas en escombros y hospitales inutilizados son algunas de las escenas que se repiten en distintos puntos de la isla. El primer ministro, Andrew Holness, declaró Jamaica como "zona de desastre" y advirtió de "impactos devastadores" en infraestructuras, viviendas y servicios esenciales.

Las autoridades locales informan de más de medio millón de personas sin electricidad, tras el colapso de gran parte de la red de distribución. La Compañía de Servicios Públicos de

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