La guerra por el paladar del consumidor se libra en frentes cada vez más inesperados. , la cadena de supermercados valenciana, ha lanzado un nuevo ataque en el sector de la repostería con una propuesta que busca seducir a un público más exigente. Se trata de un movimiento calculado que no solo añade un producto a sus estanterías, sino que supone un órdago a las pastelerías tradicionales al intentar capturar ese momento de compra por impulso, el del capricho de calidad, directamente en el lineal del supermercado.

De hecho, esta iniciativa responde a la creciente sofisticación del consumidor medio, que demanda sabores más complejos y elaboraciones que se alejen de la bollería industrial más convencional. La elección del pistacho no es en absoluto casual, sino la consecuencia directa de u

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