El anunciado encuentro entre los presidentes Donald Trump y Xi Jinping en Seúl , en Corea del Sur debería ser el inicio de una tregua comercial como un resultado previsible de un desenlace semi constructivo. Aunque es cierto, que vivimos un entorno caracterizado por la incertidumbre , la volatilidad y la desconfianza que nunca garantiza el éxito de los diálogos.
El asunto clave de la geoeconomía actual es la intensificación de la guerra comercial entre los Estados Unidos y China, marcada por la imposición de aranceles del 100% sobre la mayoría de los bienes chinos anunciados por la Casa Blanca el 10 de octubre pasado. Esta escalada ilustra la «geoeconomía como coerción», los EEUU buscan reducir el déficit comercial y reindustrializar su país, mientras China fortalece cada vez más su control sobre determinados materiales físicos, controlando de facto a nivel mundial, el 90% del refinado de las tierras raras y el 60% de la minería.
Para entender esta ventaja competitiva , hay que señalar que el proceso de refinado de tierras raras es altamente contaminante si no se gestiona con estrictos controles medio ambientales. Se utilizan ácidos fuertes que contaminan el agua de los ríos. Las tierras raras suelen llevar residuos radioactivos como el uranio y el torio además de contaminar el aire con emisiones tóxicas y el suelo por los residuos radiactivos separados y acumulados.
China ha realizado desde la década de los años 80 cuantiosas inversiones estatales, priorizando conseguir costes bajos mediante regulaciones ambientales muy laxas que han desplazado a sus competidores occidentales, creando además en 2025 los gigantes empresariales China Rare Earth Group y China Northern Rare Earth Group , empresas controladas totalmente por el gobierno chino.
La nueva medida arancelaria de Trump sobre el comercio de bienes con China, que debería entrar en vigor el uno de noviembre, responde a su vez a los nuevos y severos controles de exportación chinos sobre determinados metales escasos como el litio o las tierras raras como el neodimio, disprosio y europio esenciales para los semiconductores que a su vez son imprescindibles para la industria tecnológica, del automóvil , energías renovables y defensa.
La realidad es que, por ejemplo, la industria automovilística europea se enfrenta una paralización real de su producción por la escasez de chips en las cadenas de suministro, lo que está forzando a realizar conversaciones de emergencia con Pekín.
Desde la reelección de Donald Trump hace un año, las tensiones han escalado con rondas de aranceles mutuos. China respondió a los aranceles iniciales estadounidenses con restricciones a las exportaciones críticas, afectando a industrias europeas y asiáticas dependientes de sus suministros.
En septiembre de 2025, Pekín extendió las licencias obligatorias de exportación más allá de sus fronteras, una herramienta geoeconómica que permite una flexibilidad táctica , asegurando colaterales y reduciendo la exposición de las empresas chinas al dólar, mientras acumulan oro a un ritmo récord, llevando ya más de 18 meses consecutivos de compras del metal precioso por el Banco Popular de China .
La Casa Blanca impuso un arancel «en blanco» del 100% sobre los bienes chinos, sumado a los aranceles existentes, así como nuevos controles a la exportación a China de « software crítico ».
En paralelo se ha realizado una purga del apalancamiento en Bitcoin y en los mercados derivados con liquidaciones por 19.000 millones de dólares, principalmente en plataformas offshore chinas.
Para muchos analistas económicos, se trata de una verdadera migración de liquidez hacia una custodia doméstica regulada en los EEUU, transformando los activos digitales en una infraestructura colateral. En resumen, una verdadera guerra comercial entre las dos grandes potencias en varios campos al tiempo.
Y ahora estamos frente a una posibilidad de tregua en Corea del Sur. De llegarse a dicha tregua comercial, aunque fuera tensa e inestable , reste acuerdo sería una buena noticia para el mundo y representaría un claro punto de inflexión en la actual fragmentación geoeconómica global, donde las herramientas económicas se están empleando de forma muy intensa como armas geopolíticas, acelerando la volatilidad de los mercados y una preocupante creciente escasez en las cadenas de suministro.
La reunión entre los dos presidentes, de EEUU y de China, se produce en el contexto de la cumbre de la Asia Pacific Economic Cooperation ( APEC ) en Gyeongju que se celebra a partir del 31 de octubre en un foro que precisamente es clave para promover el libre comercio entre 21 economías del Pacífico, incluyendo a países de Europa, América y Oceanía.
En la reunión anual de 2025 los objetivos principales son, tanto diplomáticos como geoeconómicos, enfocados en mitigar las tensiones comerciales globales y fortalecer las alianzas en medio de la escalada de la guerra comercial entre los EEUU y China.
El punto culminante es la reunión en un «pull-aside», encuentro informal pero sustancial, al margen de la APEC sobre el acceso de los EEUU a los minerales de las tierras raras de China, así como una mayor cooperación en la lucha contra el fentanilo con demandas americanas de nuevas acciones de control del gobierno chino contra los precursores de la droga no regulados, así como una serie de acuerdos agrícolas, entorno a las exportaciones de soja estadounidense a China.
El Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico es una organización intergubernamental fundada en el año 1989 que reúne economías de la región Asia-Pacífico con el objetivo principal de promover el libre comercio, la apertura de nuevos mercados, la integración económica, la inversión y la cooperación económica entre sus miembros que incluyen naciones como Australia, Canadá, Chile, Japón, México, Perú, Rusia o Corea del Sur entre otras.
Trump está desarrollando una semana intensa de visita a otros países asiáticos como Japón, país al que se ha ofrecido como un claro aliado estratégico .
En Corea del Sur, Trump fuerza un compromiso de inversión surcoreano de un importe de 350.000 millones de dólares en empresas locales estadounidenses y en territorio americano, similar al acuerdo ya obtenido con Japón.
A cambio EEUU ofrece reducir los aranceles sobre las exportaciones coreanas, especialmente los referidos a los automóviles que en 2024 ascendieron a 1,43 millones de unidades, con un crecimiento respecto a 2023 del 22% y la mitad de la producción coreana liderada por las empresas Hyundai, Kia y Génesis.
Destacar que la industria de Corea del Sur juega un papel clave en las cadenas de suministro globales de semiconductores de última generación para empresas como Apple, AMD, Nvidia y Qualcomm y de las baterías de los vehículos eléctricos.
Seúl y Washington difieren sobre los términos del acuerdo, con unas visibles tensiones agravadas por las redadas de inmigración realizadas en plantas de ensamblaje coreanas en territorio de los EEUU como la que acaba de ocurrir en una fábrica de baterías en Georgia. El ministro de Industria surcoreano, Kim Jung-kwan , destacó la necesidad de equilibrar protecciones laborales con los incentivos económicos
Otros de los temas de la agenda de Trump, son geopolíticos y militares, como la creciente actividad de los misiles norcoreanos, las tensiones en el Estrecho de Taiwán y la postura de los EEUU en el Sudeste Asiático.
Corea del Sur es un líder mundial en la industria de los microchips, desempeñando un papel crucial en la cadena de suministro global de semiconductores. Empresas como Samsung Electronics y SK Hynix son dos de los mayores fabricantes de semiconductores del mundo. Samsung es el líder en chips de memoria controlando el 70% del mercado de DRAM y el 50% del mercado de NAND Flash , mientras que SK Hynix también tiene una fuerte presencia en este segmento de los componentes clave de la industria de la inteligencia artificial.
Estas compañías abastecen a industrias clave como teléfonos inteligentes , ordenadores, servidores y dispositivos para internet de las cosas, IoT, y para la tecnología de las smart cities. Su capacidad para producir chips avanzados es clave en medio de restricciones comerciales y sanciones que afectan la cadena de suministro global. En 2025, ha invertido 15.000 millones de dólares en baterías avanzadas, posicionándose como « hub cuántico global» para 2035.
El gobierno surcoreano impulsa la industria se los semiconductores a través de iniciativas como el K-Semiconductor Belt , un completo plan para consolidar el ecosistema de semiconductores en el país, incluyendo la construcción de mega fábricas y la formación de talento especializado con inversiones mil millonarias de dólares con el horizonte 2030 para fortalecer esta industria.
Corea del Sur es un pilar esencial en la industria de los microchips, impulsada por empresas líderes, inversiones masivas y una estrategia nacional enfocada en mantener su competitividad global, aunque debe afrontar desafíos geopolíticos y tecnológicos, principalmente procedentes de Taiwán y TSMC la mayor fundición de semiconductores del mundo, para sostener su posición.
Corea del Sur impulsa la navegación en un entorno de fragmentación geoeconómica vía foros como los de APEC con un énfasis en las reglas globales, las políticas industriales y las finanzas transfronterizas .
Su atracción de inversión financiera directa, posiciona a esta nación de 52 millones de habitantes, muy similar a la población de España, en el décimo puesto del ranking mundial en esta materia clave. La adopción de la inteligencia artificial en materias como la biomedicina, la posicionan además en un lugar clave para dominar la economía del siglo XXI.
Sine sociis nulla est victoria
José Luis Moreno , economista ha sido director de Economía en la Comunidad de Madrid y en el Ayuntamiento de Madrid. Analista económico y empresarial.

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