El Barça tiene un problema que pocos se atreven a señalar. Y se llama Pau Cubarsí . El joven central, una de las grandes revelaciones del pasado curso, atraviesa desde agosto un bache preocupante. No es una cuestión de talento. Es de confianza , de posición y de contexto . Un problema que ha terminado afectando al rendimiento defensivo del equipo.

Todo comenzó con la salida de Íñigo Martínez al fútbol árabe. Su marcha rompió una sociedad que funcionaba a la perfección. Cubarsí se sentía seguro junto al vasco. Tenía al lado un jugador con experiencia , capaz de corregirle y cubrirle las espaldas. Aquella complicidad fue clave para su explosión. Pero cuando Íñigo se fue, también desapareció parte del equilibrio del sistema defensivo.

Cubarsí, daño colateral de la salida

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