El PP persiste en la ficción de que si no habla de Mazón, se olvidará que Feijóo decidió mantenerle en el poder a pesar de su conducta negligente el día de la tragedia y que ha quedado confirmada en la investigación judicial

Mazón, mil y una mentiras sobre la dana para un año sin coartada

El PP convocó la comparecencia de Sánchez en el Senado para el día después del aniversario de la dana de Valencia y del funeral de Estado. Era un truco, la clase de trucos habituales en política. A ver si con el follón de Sánchez se dejaba de hablar cuanto antes de Valencia y de Carlos Mazón. Lo que es una misión imposible, porque es imposible dejar de hablar de Mazón, de sus mentiras, de los 229 muertos que no recibieron los avisos necesarios, de la reclamación de los valencianos para que dimita –como prueban las encuestas–, de sus planes para que su partido le elija como candidato a la reelección. Como también del intento constante del PP de acusar al Gobierno central de lo que ocurrió el 29 de octubre de 2024 cuando todas las competencias en una situación de emergencia corresponden a los gobiernos autonómicos.

El PSOE respondió el miércoles con otro truco en la sesión de control. Pedro Sánchez no quiso responder a los ataques lanzados por el Partido Popular con sus preguntas. “Hoy no es el día. Hoy es el día de las víctimas”, dijo. Era una forma de quitarse el problema de encima y sorprender a su rival. No tuvo problemas para responder a otros grupos, como el PNV o Podemos. Parece que “el día de las víctimas” aceptaba excepciones.

La paradoja se cuenta sola. Hace un año, el PP exigió que se suspendiera la sesión de control del día después de la catástrofe. El PSOE se opuso inicialmente, lo que en cierto modo fue un error político porque el pleno podía haberse trasladado a la semana posterior. El PP sufrió un ataque de apoplejía. Ya temía que se empezara a hablar de lo que había hecho o no el Gobierno valenciano. Este miércoles, volvió a recordarlo con el argumento de que el PSOE utilizó ese pleno para realizar “un asalto a RTVE”.

Alberto Núñez Feijóo tuvo un logro del que podrá presumir siempre. Se dedicó a politizar la dana mientras denunciaba la politización de la dana. Un doble salto mortal: “Ojalá toda la energía que se dedica a politizar esta tragedia se utilizara para la reconstrucción”. Es como dar por hecho que los demás politizan la tragedia mientras el pobre Mazón se esfuerza por salvar a los pobres valencianos. Y olvidar que el PP politizó la dana desde el primer minuto de la sesión de control de hace un año para exigir su suspensión y no correr el riesgo de que se hablara de Mazón.

El líder del PP venía a hablar de su libro, es decir, de la comparecencia de Sánchez del jueves en el Senado. Pasó revista a diecisiete mentiras que adjudicó a Sánchez, algunas de dudosa veracidad al no estar probadas en los tribunales, como la que se refería a la “contabilidad B” del PSOE. El PP aspiraba a llegar a esta semana con el titular de que el Tribunal Supremo investiga la financiación de los socialistas. Su último intento a través de la acusación popular que dirige encalló ante el juez instructor, que se negó a pedir ahora todas las facturas del PSOE desde 2017.

El PP nunca ha tenido empacho en utilizar a las víctimas de ETA para atacar a los gobiernos de Zapatero y Sánchez. Con las víctimas de la dana es diferente. Si se las menciona, se está “politizando” la tragedia. Ester Muñoz se declaró escandalizada de que Sánchez “haya utilizado a las víctimas de la dana para no contestar a la oposición”. Por eso, llamó al presidente “indecente” y “farsante”. Ya se sabe que el Congreso es un sitio en el que vuelan los insultos todos los días. Acto seguido, dijo: “¿Sabe lo que es la inutilidad en la política?”. Un diputado socialista respondió desde el escaño: “¡Mazón!”. No se sabe qué escuchó Muñoz, porque dijo: “¿Por qué insultan?”. Puede que tenga razón y que no haya peor palabra con la que dirigirse a alguien que el apellido del líder del PP de la Comunidad Valenciana.

Al aludido no se le ocurrió otra cosa que sacar pecho, unos días después de que se supieran más datos sobre el tiempo que consumió el día de la dana en sus asuntos personales o de partido, mientras la comunidad que preside se acercaba al abismo.

En el día del funeral de Estado por las víctimas, Mazón convocó un acto por la mañana para leer una declaración. No le valía con que estuviera presente su Gobierno y reclamó la presencia de hasta 160 altos cargos de la comunidad y del PP. Todo para limitarse a decir que “hubo cosas que debieron funcionar mejor”. El mensaje era claro: si me hundo yo, os hundís también vosotros conmigo. Aunque parezca inaudito, los asistentes aplaudieron durante más de treinta segundos. Será que se vigilaban entre ellos para ver quién dejaba de aplaudir el primero. Estaban protegiendo 160 nóminas.

Era una demostración de fuerza no frente a la oposición, sino su propio partido. Encerrado en su burbuja, de la que forman parte tres asesores, quiere hacer creer a Génova que no tiene más alternativa que volver a presentarle como candidato. “El debate de que debía dimitir está superado”, han dicho fuentes de su Gobierno a El Mundo. Han visto tantas veces a Miguel Tellado acercarse a Valencia para confirmar el apoyo del PP a su presidente que no conciben otra alternativa.

Por la tarde, el funeral de Estado confirmó por qué las víctimas habían insistido en que Mazón no asistiera al acto. Un grupo de ellas se reunió con el rey y la reina en una sala cercana, estando presente también Sánchez. En la sala principal donde se iba a celebrar el funeral laico, muchas mujeres insultaron y gritaron a Mazón, impertérrito en su silla en la tercera fila de las autoridades.

Tuvo que escuchar que le llamaran rata y asesino. Y una frase que representa todo lo que piensan las víctimas de él: “Tú de comida y recogiendo premios y mi hermana ahogándose”. Eso es exactamente lo que ocurrió. Por la mañana del 29 de octubre, recibió un premio irrelevante y por la tarde pasó cuatro horas de comida matando el tiempo. Mientras la gente moría.

No hay presidente o alcalde en España con una imagen tan destrozada como la de Mazón. Cada auto de la jueza de Catarroja lo hunde más en la vergüenza. Las palabras “palmaria ausencia de avisos a la población” de uno de esos autos resumen lo que sucedió ese día. De momento, el PP continúa huyendo de esas siete palabras y finge que no sabe nada de ellas. Habrá un día en que tendrá que marcar el mensaje como recibido.