La euforia que emitió Moncloa cuando Feijóo anunció la citación del presidente a la comisión de investigación del Senado se ha disipado y el presidente se ha preparado a conciencia argumentos jurídicos ante una sesión controlada por el PP. “Corremos el riesgo de que la imagen sea terrible, pero la verdad te asiste”, señalan en el Gobierno
El gerente y una empleada niegan en el Supremo descuadres en los pagos por gastos a miembros del PSOE
La euforia con la que en la Moncloa recibieron el anuncio de Alberto Núñez Feijóo de que el PP citaría, tras un año amagando, al presidente en la comisión de investigación sobre la corrupción del Gobierno en el Senado se ha disipado a medida que la fecha se ha ido acercando. Inicialmente, los socialistas vieron una oportunidad dado que la comisión no ha dado en los últimos meses precisamente los frutos que esperaban en el PP. “Todos los que han ido a esa comisión han salido ganadores”, decían entonces en el Gobierno.
“Tuvimos esa sensación de 'se ha pegado un tiro en el pie'. Hizo ese anuncio en el Congreso, donde siempre salimos victoriosos”, analizan fuentes gubernamentales. El anuncio de Feijóo se produjo en el mismo duelo de la sesión de control que Sánchez acabó con un “ánimo, Alberto”, que motivó especialmente a la bancada socialista frente a un jefe de la oposición que no termina de cogerle el pulso al Parlamento, acorralado por el crecimiento de la extrema derecha a su costa y obligado a ir a rebufo de Isabel Díaz Ayuso.
“Luego aterrizas que es en el Senado, en una comisión controlada por el PP, con un formato de interrogatorio. Te pueden interrumpir con preguntas concretas. Corremos el riesgo de que la imagen sea terrible. El PP por lo que intuimos va a querer embarrarlo muchísimo”, asumen ahora en Moncloa, donde llevan dos semanas preparando la comparecencia del presidente, incluyendo la parte jurídica. El equipo de Sánchez ha elaborado fichas con distintos contenidos, entre ellos los autos judiciales relacionados con el denominado 'caso Koldo', que afecta a los exsecretarios de Organización, José Luis Ábalos y Santos Cerdán, los informes de la UCO y también otras causas, como las de su esposa, Begoña Gómez, o su hermano.
“El PP va a querer embarrarlo”
Aunque no se ha encerrado como ocurrió en el pasado con debates como los de la investidura y ha mantenido una agenda plagada de actos (la semana pasada estuvo en el Consejo Europeo; el domingo, en un mitin en León; el lunes reunió a la Ejecutiva del PSOE y este miércoles ha participado en el funeral de Estado de las víctimas de la dana), al presidente le ha tocado estudiar y prepararse para un sinfín de cuestiones con la especial dificultad de que no se pueden prever los derroteros por los que irá la sesión por la imprevisibilidad de las preguntas de una comisión de investigación que el PP ha convertido en un cajón de sastre y en la que utiliza medias verdades, cuando no mentiras directamente. El formato también juega en su contra en comparación con los debates encorsetados del Congreso: lo habitual es que los senadores interrumpan constantemente a los comparecientes.
El interrogatorio comenzará con la senadora de UPN y luego será el turno de Vox. Cada grupo tendrá 50 minutos. “Van a empezar hablando de saunas y prostitución”, dice una de las fuentes consultadas. El PP tiene todo el control de esa comisión que ha hecho a su medida para colar todo tipo de temas: desde la corrupción en el Ministerio de Transportes, que fue el objeto inicial, hasta el resto de casos vinculados al entorno del presidente. Sánchez acudirá acompañado del ministro de Presidencia, Félix Bolaños; el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, Rafael Simancas; y el director general de Asuntos Institucionales, Iván García Yustos.
“Vamos a terreno difícil. No vamos confiados porque el terreno no es el Congreso y no nos favorece”, reconocen las fuentes consultadas. La intención de Sánchez, en todo caso, es dar “máxima normalidad” a la comparecencia e intentar que la comisión “sea lo más seria posible”. En Moncloa guardan con celo la estrategia que seguirá el presidente, si se reserva algún tipo de anuncio o si acudirá apoyado de documentación. Tampoco el PP ha desvelado por ahora sus cartas y ni siquiera ha anunciado quién será el senador que lleve el interrogatorio a Sánchez, que es la gran baza que tenía reservada Feijóo. “¿Va a decir la verdad o va a seguir haciendo de Pedro Sánchez?”, le preguntó este miércoles en la sesión de control del Congreso en la que el presidente no le contestó por ser “el día de las víctimas de la dana”. El líder del PP trató de calentar la comparecencia el sábado al asegurar que “irá al juzgado” tanto si miente como si dice la verdad en la comisión de investigación.
“La verdad te asiste”
Será la primera vez que el presidente tenga que pronunciarse en profundidad y con obligación de decir la verdad sobre las numerosas causas judiciales que acechan al PSOE y a su entorno más cercano. Hasta ahora se ha limitado a hacer comentarios de condena por la corrupción de los que fueron sus hombres de máxima confianza y proclamar la inocencia de su esposa y su hermano. “Voy a comparecer, voy a responder con total transparencia, porque no solamente es mi compromiso, sino una convicción”, dijo Sánchez en una rueda de prensa en Bruselas el pasado jueves.
Ahora entra en juego también el tema de los pagos en efectivo de Ferraz, que el PP trata de vincular con la existencia de cobros en negro o una 'caja B'. El propio Sánchez ha reconocido que pudo haber recibido pagos en metálico. Lo que sostienen en el PSOE es que todos esos intercambios están justificados con los correspondientes resguardos y auditados por las instituciones como el Tribunal de Cuentas. “En el PSOE no ha habido ningún pago en efectivo que no esté documentado”, dijo la gerente, Ana Fuentes, que pasó por la comisión el jueves.
“La financiación irregular tiene una sede en España, que está pagada con dinero en B, y donde se cobraban sueldos en B también”, afirmó Sánchez en referencia a Génova –la sede del PP– en la rueda de prensa en la que restó importancia a que “como cualquier español” pudiera haber “liquidado gastos que había adelantado”. “Eso no es el problema. El problema es la trazabilidad de esos recursos que se ponían a disposición de uno u otro partido”, repitió el presidente. El PSOE ha presentado ante el juez los recibos que acreditan que desde 2017 retiró un millón de euros de su cuenta en el banco para pagos en metálico.
La comparecencia se produce, además, el día después de que el exgerente del PSOE Mariano Moreno y una trabajadora del partido acudieran como testigos al Tribunal Supremo para explicar los descuadres hallados por la UCO entre los gastos pagados que el PSOE había declarado y las cantidades de las que hablaban los implicados en conversaciones incautadas. Ambos han dicho que esos montantes no eran exclusivamente para Ábalos, sino que en ellas iban incluidos los reembolsos que había que hacer a otros miembros de la Secretaría de Organización del partido y que era Koldo el que se encargaba de las devoluciones.
Lo que transmiten todas las fuentes consultadas es tranquilidad respecto al contenido en sí de lo que pueda exponer el presidente. “La verdad te asiste”, señalan fuentes gubernamentales, que apuntan a la diferencia entre la realidad y lo que se ha trasladado en la mayoría de medios de comunicación en los últimos meses. “No hay nadie titulando que Begoña trabajaba para la Complutense seis años antes de que Pedro Sánchez fuera secretario general. Los titulares se quedan con la basura”, ejemplifican. “Ahora si lo dice el presidente por lo menos quedará dicho”.
“Tiene que prepararse esta comparecencia para atizar bien al PP”, reflexionaba hace unas semanas un dirigente consultado convencido de que “no hay nada” respecto a la causa de Begoña Gómez o una posible financiación ilegal del partido más allá del mal uso de fondos que pudieran hacer Ábalos o Cerdán.
Lo cierto es que la euforia ha desaparecido en general del equipo del presidente. “Tenemos sentimientos encontrados. Estamos preocupados por la imagen que se pueda proyectar”, reconocen. A partir de ahí, el mensaje que traslada Moncloa es que será un hito más en la campaña de acoso y derribo del PP, que ha usado medias verdades y bulos en su campaña contra Sánchez: “Es un día más, les contestamos y seguimos”.

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