Ya son diez los “hijos” que Fito Cabrales ha parido en el estudio junto a los Fitipaldis. Con este amor filial define el veterano rockero bilbaíno a sus discos, llenándole de tal felicidad que, al publicarlos, afirma sentirse “enamorado del mundo”. Así se siente después de publicar El monte de los aullidos , regreso a sus esencias rockeras que rezuma con solos de guitarra, guiños al swing y unas historias donde la música se encarga de señalar las metáforas que después cantarán los fans en las giras. “Sinceramente, ahora te diría que nunca más voy a hacer un disco, a juntar 10 canciones de las que me siento orgulloso”, afirma con una sonrisa que contradice el augurio, al igual que los dos sold-outs logrados en el Palau Sant Jordi con su próxima gira.
Debe de pensar lo mismo cada vez que

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