El acoso escolar es una tortura para muchos niños y jóvenes. La pesadilla se convierte en realidad al despertar y tener que vestirse para ir al colegio, allí donde sabe que no podrá disfrutar ante la presencia de otros niños que la tomarán con ellos por motivos muy diversos, todos ellos con el único fin de degradarlos y burlarse a su costa. Situaciones que derrumban el ánimo y las ganas de seguir adelante de muchos de ellos y que, en casos extremo, se traducen en casos como el suicidio de Sandra Peña.

Para frenar estas situaciones los centros escolares cuentan con protocolos antibullying, una herramienta con la que se trata de frenar una realidad que si bien ha sucedido en diferentes generaciones, en la actual cuenta con otra herramienta que no permite desconectar a la víctima ni l

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