Las cámaras de seguridad no captaron rostros claros, pero sí patrones. Un hombre de estatura media, chaqueta oscura, gorra ligeramente inclinada. Siempre a diez metros detrás. Nunca acercándose. Nunca hablando. Solo observando. Hasta que, el 30 de septiembre, algo cambió: él se detuvo frente a ella mientras revisaba un libro, y por tres segundos —solo tres— la miró directamente. Ella se dio la vuelta. Él desapareció.

La denuncia llegó una semana después. No por miedo, sino por certeza. “ No es coincidencia. Es intencional. ” Así lo dijo en la estación de policía, con la voz firme, sin llorar. Los oficiales revisaron registros de arrestos previos, redes sociales, movimientos de vehículos. Lo encontraron en menos de tres semanas.

Olajide Shasanya, de 35 años , trabajaba como técnico e

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