Algunos son auténticos museos al aire libre. Otros, pequeños cementerios perdidos junto al mar o cargados de historia. De los panteones modernistas de Montjuïc a los acantilados de Camariñas, esta ruta nos lleva en la noche de Halloween por los cementerios más interesantes y curiosos de España

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Visitar un cementerio puede parecer un plan poco habitual, pero muchos de ellos cuentan tanto de la historia de un lugar como cualquier museo o monumento. Entre esculturas, panteones y avenidas de cipreses se esconden siglos de arte y de memoria. Y mientras que algunos nacieron en plena expansión modernista, otros guardan relatos de naufragios, guerras o personajes que dejaron huella.

España conserva un valioso conjunto de cementerios que son parte de su patrimonio. De hecho, más de una veintena están integrados en la Ruta Europea de los Cementerios, una red reconocida por el Consejo de Europa que promueve su conservación y su valor cultural. El objetivo no es fomentar el morbo, sino apreciar su arquitectura, su historia y la huella que dejan en el paisaje.

En esta selección que recopilamos a las puertas del Día de Todos los Santos, hay necrópolis monumentales, pequeños camposantos junto al mar y hasta un decorado de cine. Cada uno tiene algo que lo hace diferente, ya sea su arte, su entorno o las historias que lo rodean, y solo por eso ya pueden ser merecedores de una visita más allá de estas fechas.

Cementerios llenos de arte • Cementerio de Montjuïc (Barcelona)

El cementerio de Montjuïc, uno de los más grandes de España, se extiende por la ladera sur de la montaña y combina vistas al mar con un valioso patrimonio artístico. Entre cipreses y escalinatas, se conservan panteones modernistas, esculturas monumentales y tumbas que son auténticas obras de arte. El recinto cuenta con rutas señalizadas para descubrir sus rincones más destacados, desde las esculturas funerarias hasta las tumbas de artistas y personajes históricos. • Cementerio de Poblenou (Barcelona)

Fue el primer gran cementerio de la ciudad y conserva un interesante conjunto de panteones modernistas. Entre los más fotografiados está el célebre Beso de la Muerte, una escultura que se ha convertido en símbolo del arte funerario barcelonés. El silencio de sus calles estrechas y su equilibrio entre piedra, mármol y vegetación lo convierten en una de las joyas del modernismo funerario catalán. • Cementerio de Lloret de Mar (Girona)

Construido a principios del siglo XX, el cementerio de Lloret es una sorpresa. Los indianos que regresaron de América quisieron reflejar su éxito encargando a arquitectos como Puig i Cadafalch panteones modernistas tan elaborados como los de la propia Barcelona. Hoy forma parte de la Ruta Europea de los Cementerios y es uno de los lugares más visitados de la Costa Brava fuera del circuito de playa. • Cementerio de Reus (Tarragona)

Considerado el primer cementerio laico de Catalunya, el de Reus combina estilos muy diferentes y está lleno de detalles simbólicos. En la entrada, una escultura de Kronos recuerda el paso del tiempo, y el paseo entre mausoleos es casi una lección de arquitectura. Es uno de los recintos más originales de la ruta catalana del modernismo funerario.

Cementerios en sitios privilegiados • Cementerio de San Amaro (A Coruña)

Situado junto al Atlántico, el cementerio de San Amaro es uno de los más antiguos de Galicia. Su disposición en terrazas permite ver el mar desde casi cualquier punto, y entre sus lápidas abundan los símbolos marineros y las cruces celtas. Es también un espacio cargado de historia local, con rutas culturales y donde se han hecho incluso visitas nocturnas organizadas en determinadas épocas del año. • Cementerio de Ciriego (Santander)

Entre el Cantábrico y la ciudad, el cementerio de Ciriego destaca por sus vistas y por su forma de combinar tradición y tecnología: dispone de aplicación móvil con audioguía y recursos digitales para conocer la historia de sus enterramientos más destacados. Sus calles simétricas, sus esculturas y su situación junto al mar lo han convertido en uno de los más fotogénicos del norte. • Cementerio de Luarca (Asturias)

Colgado sobre una colina frente al Cantábrico, el cementerio de Luarca se asienta sobre la Atalaya, un lugar privilegiado con vistas que parecen infinitas. Es uno de los más visitados de Asturias, tanto por su ubicación como por la serenidad que transmite su entorno. • Cementerio de Arenys de Mar (Barcelona)

El llamado “cementerio de Sinera” se hizo famoso por los poemas de Salvador Espriu. Situado sobre una colina con vistas al Mediterráneo, su trazado blanco y ordenado forma parte de la memoria cultural catalana. El mar y la literatura se mezclan aquí en un paisaje que inspira a quien lo visita.

Cementerios con historia singular • Cementerio de Monturque (Córdoba)

Este pequeño municipio cordobés guarda un secreto bajo tierra: unas cisternas romanas del siglo I a. C. descubiertas en el subsuelo. El conjunto está declarado Bien de Interés Cultural y es el centro de las jornadas 'Mundamortis', dedicadas al turismo funerario y la arqueología. Una mezcla de historia, curiosidad y patrimonio poco habitual. • Cementerio de La Granja de San Ildefonso (Segovia)

El cementerio del Real Sitio de San Ildefonso tiene el mérito de ser el primer cementerio civil de España. Su origen se remonta a 1781, cuando una epidemia de peste en el norte del país llevó al gobierno de Carlos III a prohibir los enterramientos en los atrios de las iglesias por motivos de salubridad. San Ildefonso fue el primer municipio en apartar su camposanto del casco urbano, sirviendo de modelo para los que se construirían después: recintos bien ventilados, cercados y con capilla y osario. • Cementerio de San José (Granada)

A los pies de la Alhambra, el cementerio de San José se inauguró en el siglo XIX. Su historia está ligada a fusilamientos de la Guerra Civil y a la memoria reciente de la ciudad. Entre sus paseos arbolados se conservan lápidas de artistas, militares y figuras locales, y se ha convertido también en un lugar de recuerdo y reflexión sobre el pasado. • Cementerio de los Ingleses (Camariñas, A Coruña)

En pleno corazón de la Costa da Morte, este pequeño cementerio fue construido tras el naufragio del crucero británico Serpent en 1890. Aislado entre acantilados y brezales, es un lugar sobrecogedor que recuerda la dureza del mar y la historia de los marineros que nunca regresaron a casa. • Cementerio Alemán (Cuacos de Yuste, Cáceres)

En este cementerio descansan los restos de soldados alemanes fallecidos en España durante las dos guerras mundiales. Fue inaugurado en 1983 y mantiene una estética sobria, con lápidas uniformes y un cuidado entorno natural. La serenidad del lugar contrasta con la dureza de las historias que lo originaron. • Cementerio Inglés (Málaga)

Fundado en 1831, fue el primer cementerio protestante de España. Lo impulsó el cónsul británico William Mark para dar sepultura a los extranjeros no católicos que morían en la ciudad. Entre sus tumbas hay inscripciones en distintos idiomas y monumentos que reflejan la diversidad de la colonia extranjera del siglo XIX. Hoy, su jardín y su aire cosmopolita lo convierten en un lugar muy singular.

Cementerios y tumbas con nombre propio • Cementerio de La Almudena (Madrid)

Con más de 120 hectáreas, es uno de los cementerios más grandes de Europa. Aquí descansan figuras como Lola Flores, Santiago Ramón y Cajal o Pío Baroja. Además de su tamaño, impresiona por su valor histórico: entre sus calles se puede seguir la evolución artística y social de la capital desde finales del XIX hasta hoy. • Cementerio de Polloe (San Sebastián)

Abierto en 1878, es un buen ejemplo de cementerio-jardín, lleno de esculturas y panteones familiares. En él reposan la política y escritora Clara Campoamor y el pintor Ignacio Zuloaga, entre otros nombres que marcaron la historia cultural vasca.