La tarde del jueves 30 de octubre, un trágico accidente ocurrió en el Centro Histórico de Ayacucho. Parte de la cornisa de la iglesia Compañía de Jesús, situada en el jirón 28 de Julio, se desplomó, causando la muerte de una mujer y dejando a varias personas heridas.

El incidente tuvo lugar cuando un grupo de transeúntes esperaba en fila frente al Banco de la Nación. Los bloques de concreto cayeron inesperadamente, sorprendiendo a los presentes. Las autoridades confirmaron que la mujer falleció en el acto, mientras que tres personas más fueron trasladadas a diferentes centros médicos para recibir atención urgente.

La Policía Nacional del Perú (PNP) acordonó la zona para garantizar la seguridad y facilitar las investigaciones de los peritos de criminalística de la Fiscalía. Testigos del suceso grabaron el momento y compartieron sus impresiones en redes sociales, donde se evidenció la conmoción generada por el accidente.

El monseñor Salvador Piñeiro García-Calderón, arzobispo de Ayacucho, expresó su consternación por el colapso de la cornisa. En declaraciones a los medios, indicó que no es la primera vez que ocurren incidentes similares en la iglesia y solicitó a las autoridades que se realicen las reparaciones necesarias en todos los templos de la ciudad.

Se ha señalado que las fuertes lluvias y granizo que azotaron la región el día anterior podrían haber debilitado la estructura de la iglesia, lo que llevó al desprendimiento de la cornisa. La iglesia Compañía de Jesús es un importante patrimonio cultural de Ayacucho, conocido por su arquitectura colonial y su relevancia histórica.

La comunidad local ha manifestado su preocupación por el estado de conservación de las iglesias coloniales, que son un símbolo de la identidad cultural de la región. Las autoridades eclesiásticas y civiles están trabajando para fortalecer la protección de estos espacios, que son vitales para la vida social y turística de Ayacucho.

La tragedia ha reavivado el debate sobre la necesidad de mantener y restaurar el patrimonio arquitectónico de la ciudad, que atrae a numerosos visitantes interesados en su historia y cultura. Las festividades religiosas y eventos culturales en estos templos son parte integral de la vida comunitaria, y su preservación es fundamental para el desarrollo local.