La gestión de Rafael López Aliaga como alcalde de Lima fue presentada desde sus inicios como una apuesta por grandes infraestructuras viales, con la promesa de resolver décadas de congestión y carencias. Sin embargo, a medida que se desarrollaron sus dos más grandes proyectos viales (la Vía Expresa Sur y la Vía Expresa Norte ), los informes de vecinos, especialistas y medios de comunicación han comenzado a mostrar un patrón: inauguraciones adelantadas, ejecución bajo la modalidad “fast track”, falta de expediente técnico o estudios completos, y resultados que a muchas horas punta empeoran la movilidad en lugar de mejorarla.

Las obras se convirtieron en parte del discurso político del alcalde, pero su ejecución, y lo que dejan a los vecinos, se encuentra bajo una lupa crítica. La pre

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