El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, negó este viernes que su administración esté considerando un ataque militar contra Venezuela. Esta declaración se produjo mientras viajaba en el Air Force One y fue una respuesta directa a las preguntas de los periodistas sobre informes recientes que sugerían planes de bombardeo. “No, no es cierto”, afirmó Trump, desmintiendo así las especulaciones que habían surgido en medios de comunicación como el Miami Herald y The Wall Street Journal.

Los rumores sobre un posible ataque se intensificaron tras el despliegue de un grupo naval estadounidense en el Caribe, encabezado por el portaaviones de propulsión nuclear USS Gerald R. Ford. Este movimiento militar había sido interpretado como un indicio de una posible escalada de las tensiones con el gobierno de Nicolás Maduro. Sin embargo, Trump y su administración han insistido en que no hay acciones militares programadas en este momento.

El Wall Street Journal había informado que el Pentágono tenía identificados varios objetivos en Venezuela, relacionados con el narcotráfico, incluyendo instalaciones militares y depósitos de combustible. A pesar de estos informes, la secretaria adjunta de prensa, Anna Kelly, subrayó que cualquier anuncio sobre defensa o seguridad nacional debe provenir directamente del presidente.

La situación se complica aún más con las recientes operaciones del Ejército estadounidense en el Caribe, donde se han llevado a cabo ataques contra embarcaciones sospechosas de transportar drogas. Según informes, estas acciones han resultado en al menos 61 muertes, lo que ha llevado a la ONU a acusar a la administración de Trump de violar el derecho internacional, calificando estos ataques como “ejecuciones extrajudiciales”.

Mientras tanto, el gobierno de Maduro ha rechazado las acusaciones de narcotráfico y ha denunciado las acciones de Estados Unidos como provocaciones. En respuesta a la presión militar y política de Washington, Maduro ha declarado un estado de "conmoción exterior".

La situación en la región sigue siendo tensa, y aunque Trump ha mantenido una postura de máxima presión sobre el régimen de Maduro, ha intentado enfriar las especulaciones sobre un ataque inminente. La Casa Blanca ha reiterado que no hay planes de acción militar en este momento, aunque la situación sigue siendo objeto de seguimiento y análisis.