El candidato independiente Harold Mayne-Nicholls ha hecho un mea culpa sobre su reciente enfrentamiento con el periodista y exconcejal Antonio Neme, un incidente que escaló hasta los golpes. En una entrevista, Mayne-Nicholls explicó que el conflicto se originó en el Mundial de 1998 en Francia, cuando él era jefe de prensa de la FIFA. Según su relato, se enteró de que Neme estaba revendiendo entradas con acreditación y decidió intervenir.

"Le dije que no vendiera más entradas porque eso la FIFA no lo permitía", comentó Mayne-Nicholls. A pesar de su advertencia, Neme continuó con la actividad, lo que llevó a que se planteara su expulsión. Sin embargo, el candidato intercedió para evitar el escándalo que esto podría causar al periodismo chileno.

El enfrentamiento físico entre ambos se produjo recientemente, donde Mayne-Nicholls admitió que recibió un golpe y respondió. "No debí haberlo hecho, pero lo hice", reconoció. A pesar de la situación, el candidato no está seguro de cómo esto afectará su campaña presidencial. "Lo más probable es que sí, que afecte, pero bueno, ya está hecho", afirmó.

En el contexto de su candidatura, Mayne-Nicholls también evaluó la situación del país y descartó que Chile esté en crisis. Entre sus propuestas destacan el refuerzo de la seguridad fronteriza mediante sensores, la reducción del ausentismo escolar y la atención a las listas de espera en salud. Sin embargo, se mostró en desacuerdo con el decreto presidencial que permite el despliegue militar en el norte sin autorización del Congreso.

Sobre el debate del Presupuesto 2026, Mayne-Nicholls enfatizó la necesidad de una mayor fiscalización del uso de recursos en lugar de recortes. También reflexionó sobre el impacto del caso Convenios en organizaciones sociales, describiéndolo como un "impacto generalizado".

Finalmente, recordó al ex director técnico de la Selección Chilena, Marcelo Bielsa, quien lo calificó como "un hombre incorruptible", una frase que ha utilizado en su campaña. La controversia con Neme y sus propuestas políticas se suman a un clima electoral tenso en Chile, donde el tono de la campaña ha sido objeto de críticas por su agresividad. Mayne-Nicholls concluyó que el uso de términos despectivos en la política no contribuye a una mejor convivencia entre los candidatos.