Javier Milei comienza la segunda fase de su gestión tras un resultado electoral que superó las expectativas, incluyendo una victoria en la provincia de Buenos Aires. Los mercados han respondido positivamente, con un aumento histórico en las acciones y una caída del 45% en el riesgo país, que se aproxima a los 600 puntos básicos. Con el respaldo de Estados Unidos, se vislumbra un ciclo virtuoso que podría traer estabilidad cambiaria, reducción de tasas de interés, recuperación del crédito y reactivación económica.

Este nuevo capítulo también refleja un cambio en las preocupaciones de la población. Por primera vez en más de 15 años, la inflación ha dejado de ser la principal inquietud. Las encuestas indican que ahora la gente se preocupa más por los ingresos insuficientes y el temor a perder el empleo. Este cambio de enfoque también afecta la estrategia del Presidente, quien llegó al poder con el mandato de combatir la inflación. Su reciente victoria electoral sugiere que este logro ha sido valorado, pero ahora las demandas se centran en la reactivación económica, que es esencial para mejorar salarios y generar empleo.

Después de una reunión con gobernadores, Milei reconoció que se avecina un cambio en la política monetaria y cambiaria. En una entrevista, afirmó que el Banco Central volverá a comprar dólares y emitirá pesos para hacerlo, sin necesidad de esterilizar el aumento de la cantidad de dinero. Este cambio marca un giro respecto al discurso anterior sobre la imposibilidad de adquirir dólares en un contexto de exceso de liquidez, conocido como "monetary overhang".

En los últimos seis meses, los argentinos han comprado un récord de casi 25.000 millones de dólares, en parte para protegerse del resultado electoral. Esto ha llevado a una escasez de pesos en el mercado, lo que ha generado quejas entre las pequeñas y medianas empresas (Pymes) sobre la falta de liquidez. Esta situación ha resultado en una caída significativa en las ventas y un aumento en las tasas de interés, debido a la competencia entre bancos, Pymes y consumidores por obtener pesos.

Según datos recientes, en septiembre, 1,8 millones de personas compraron un neto de 4.500 millones de dólares, superando el pico de agosto de 2019. Las cifras de octubre podrían ser similares, aunque la semana posterior a las elecciones fue más tranquila. Esta intensa dolarización se refleja en una caída de más del 3% en los depósitos del sector privado, ya que los pesos se han utilizado principalmente para comprar dólares en lugar de invertir o consumir.

El Banco Central espera que se produzca una remonetización de la economía, que podría ocurrir si la gente decide vender los dólares adquiridos en los últimos meses para volver a pesos. Sin embargo, este proceso podría ser lento, ya que las personas suelen vender sus dólares solo en situaciones de necesidad extrema. Otra opción es que el Banco Central promueva la remonetización mediante la compra de dólares.

Marcos Buscaglia, fundador de Alberdi Partners, estimó que hasta finales de 2027, el Banco Central podría comprar unos 40.000 millones de dólares sin necesidad de absorber los pesos en circulación. Esto implicaría que la mayor oferta monetaria se equilibraría con un aumento en la demanda de pesos, en un contexto de mayor confianza tras la victoria electoral.

El nuevo enfoque también sugiere posibles modificaciones en el esquema del Gobierno para salir del cepo cambiario, lo que podría significar el fin de las bandas cambiarias. Aunque el equipo económico ha prometido mantener el ajuste del techo de la banda cambiaria al 1% mensual, la inflación cercana al 2% mensual podría llevar a un mayor atraso del tipo de cambio real, lo que no parece alinearse con el plan del Gobierno.

La participación activa del Banco Central en la compra de dólares y emisión de pesos podría establecer un piso más alto para el tipo de cambio. El mercado exige que el Gobierno demuestre su capacidad para acumular reservas, especialmente tras las fluctuaciones de 2025. Un modelo a seguir podría ser el del Banco Central chileno, que está implementando un programa de compras de dólares de 25 millones diarios durante tres años.

La notable caída del riesgo país ha sido una de las grandes novedades en los mercados, llevando a que los bonos en dólares rindan por debajo del 10% anual por primera vez desde su emisión en 2020. La deuda argentina se aproxima a la "zona de emisión", lo que podría permitir financiamiento fresco en los mercados por primera vez en seis años. Empresas energéticas como YPF y Tecpetrol han colocado deuda en el mercado internacional, recaudando 1.200 millones de dólares con alta demanda y tasas cercanas al 8% anual.

En los próximos meses, se discutirá la apertura total del cepo cambiario, lo que incluiría la eliminación de restricciones para que las empresas operen en el mercado cambiario. Todo indica que se avanzará en esta dirección, especialmente con la llegada de dólares de la cosecha gruesa. Esta medida no solo consolidaría la confianza de los inversores, sino que también podría llevar a Argentina a ser considerada nuevamente un mercado emergente, lo que implicaría una colocación automática de 2.600 millones de dólares en acciones argentinas por parte de fondos internacionales.