Liam Neeson ha vuelto a emocionar a sus seguidores al recordar uno de los momentos más determinantes de su carrera: el rodaje de La lista de Schindler . Han pasado más de tres décadas desde que Steven Spielberg lo eligiera para dar vida a Oskar Schindler , el empresario alemán que salvó a más de mil judíos durante el Holocausto, pero aquel papel sigue ocupando un lugar esencial en la vida del actor norirlandés.
Estrenada en 1993 , la película no sólo marcó un punto de inflexión en su trayectoria, sino también en la historia del cine modern o. Su interpretación fue aclamada por la crítica y le valió una nominación al Óscar, situándolo en la élite de Hollywood tras años de esfuerzo y discreta presencia en la industria. Hoy, con la serenidad que da el tiempo, Neeson reconoce que aquella experiencia fue intensa, humana y profundamente transformadora , tanto en el plano profesional como en el personal.
El actor, que por entonces tenía 40 años , confesó en una entrevista que La lista de Schindler fue más que un trabajo: fue una vivencia que lo obligó a enfrentarse al horror y la esperanza de la condición humana . Cuando se le preguntó cómo reaccionaron los habitantes de Polonia ante una superproducción de Hollywood que recreaba los episodios más oscuros de su historia reciente, Neeson explicó que percibió una mezcla de dolor y orgullo. «Creo que estaban encantados. Sin duda, la película ayudó a la economía local , pero también permitió que muchos se reconciliaran con un pasado que seguía doliendo».

Con su característico tono pausado, añadió que, aunque quizás Spielberg no coincidiera del todo con esa visión, él sentía que había algo en la psique colectiva de los polacos que necesitaba enfrentarse a las atrocidades del pasado para poder seguir adelante. «Puede que Steven Spielberg no esté de acuerdo» .
Los entresijos de la famosa película
El rodaje en Cracovia , que se extendió durante varios meses, fue una experiencia exigente para todo el equipo. Neeson siempre ha destacado el talento y la dedicación de los profesionales polacos que participaron en la producción, desde los actores locales hasta los técnicos de vestuario y escenografía. «Fue maravilloso trabajar con ellos», recordaba con emoción . La película, rodada en blanco y negro y con un tono casi documental, obligó a los intérpretes a sumergirse en un ambiente de tensión constante. Sin embargo, según Neeson, lo que prevalecía en el set era una sensación de respeto absoluto por la historia que estaban contando.
Cada jornada de trabajo era, según él, un acto de homenaje a las víctimas y supervivientes del Holocausto . Para él, ese compromiso colectivo fue lo que dotó al filme de una autenticidad que aún conmueve al público décadas después.
Tras La lista de Schindler , la carrera de Liam Neeson tomó un impulso imparable. Su versatilidad lo llevó a protagonizar producciones tan distintas como Rob Roy , Los miserables , Kinsey o Batman Begins , demostrando su capacidad para moverse entre el drama, la acción y el cine histórico. Sin embargo, fue con la saga Venganza cuando el actor consolidó una segunda juventud artística, reinventándose como héroe de acción y alcanzando un éxito comercial inesperado. Esa transformación no le hizo olvidar los papeles más exigentes ni su respeto por el cine de autor, pero sí redefinió su imagen pública y su lugar en la industria. Con el paso del tiempo, Neeson ha confesado que su carrera ha sido una cadena de decisiones tan fortuitas como valientes , algunas de las cuales pudieron cambiar su destino por completo.
El otro secreto de Liam Neeson
Una de esas decisiones fue su renuncia a participar en El señor de los anillos . Según diversas filtraciones de la cadena CBS, Liam Neeson fue uno de los nombres que se barajaron para interpretar a Boromir, uno de los personajes más complejos de la saga de Tolkien . Sin embargo, el actor declinó la propuesta por motivos muy concretos. En primer lugar, no quería volver a dar vida a un personaje que muriera al inicio de una trilogía, tal como le había sucedido con Qui-Gon Jinn en Star Wars: La amenaza fantasma . Además, se encontraba inmerso en el rodaje de Gangs of New York , dirigida por Martin Scorsese , y su agenda hacía imposible compatibilizar ambos proyectos. Aquel rechazo abrió la puerta a otros candidatos como Bruce Willis y Nicolas Cage, aunque finalmente fue Sean Bean quien se quedó con el papel que lo consagró internacionalmente.
Esa anécdota revela la prudencia con la que Liam Neeson ha gestionado su carrera, evitando repetir fórmulas y eligiendo proyectos que le permitan explorar nuevas facetas . Aunque el papel de Boromir podría haberle ofrecido otra oportunidad de destacar en una franquicia épica, el actor siempre ha demostrado preferir los personajes con trasfondo moral y emocional. En estos momentos, al recordar sus pasos profesionales, Neeson mantiene intacto su respeto por la industria y por los directores que lo han acompañado, desde Spielberg hasta Scorsese.
Con todo lo anterior, podemos decir que su trayectoria es la de un intérprete que ha sabido combinar profundidad y carisma , sin dejarse atrapar por el brillo superficial del éxito. La lista de Schindler , en ese sentido, fue un proyecto que le ayudó a cambiar su forma de pensar y a mirar al futuro con una perspectiva distinta.

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