En pleno siglo XXI, el móvil se ha convertido en un compañero constante, una extensión de nuestra rutina que nos acompaña a todas partes. Sin embargo, cada vez son más las voces que advierten de los riesgos del uso excesivo y de la incapacidad de muchos para desconectar, incluso durante tareas cotidianas como ver una película, comer en familia o simplemente dar un paseo. Lo que antes era una herramienta de comunicación y entretenimiento se ha transformado, para muchos, en una presencia casi ineludible que marca el ritmo del día a día.

La cacereña Ingrid Amaral cacereña, reconoce que «hoy en día casi nadie es capaz de desconectar del móvil mientras hace otras tareas. Yo misma lo hago, y la gente de mi alrededor también». Según la joven, la proliferación de redes sociales como TikT

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