La noche de Halloween volvió a ser sinónimo de tragedia en Bogotá. Quince años atrás, la ciudad apenas lidiaba con la conmoción que suscitó la muerte de Luis Andrés Colmenares, un joven estudiante de ingeniería de la Universidad de los Andes tras una fiesta de Halloween. Hoy la historia parece no haber cambiado. Con la muerte de Jaime Esteban Moreno Jaramillo, estudiante también de ingeniería, muerto a golpes en un hecho que por poco cruza los límites de la ultraviolencia, y con el hallazgo, horas después, del cuerpo de un egresado de la...

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