Entre banderas, fuegos artificiales y discursos triunfalistas, Rabat ha vivido en los últimos días una celebración que considera el broche a décadas de diplomacia: la aprobación, el pasado viernes, por el Consejo de Seguridad de la ONU , de la resolución 2797, que renueva la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental (Minurso) y sitúa por primera vez de forma explícita el plan de autonomía marroquí como «base de negociación» en el conflicto saharaui.

Pero bajo las imágenes y los titulares hay una realidad más compleja: la resolución no consagra la soberanía marroquí ni cierra la cuestión de la autodeterminación del Sáhara Occidental ; lo que hace es abrir una nueva fase negociadora cuyo resultado sigue siendo incierto.

Mandato ampliado y revisión

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