Estados Unidos afronta una semana decisiva, marcada por una grave parálisis institucional y un clima político cada vez más tenso. El gobierno federal acumula ya 34 días de cierre administrativo —el más largo de la historia del país—, con millones de funcionarios sin sueldo y programas esenciales de alimentación y salud en riesgo. La situación está poniendo a prueba tanto el segundo mandato de Donald Trump como la capacidad de respuesta del Partido Demócrata después de su derrota electoral de 2024.

El bloqueo se originó por la negativa de los demócratas en el Senado a aprobar la ley de presupuestos sin una extensión de las subvenciones del Obamacare, la ley sanitaria que permite abaratar el acceso a la atención médica. Los republicanos, con el apoyo de Trump, se han opuesto frontal

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