En los dos meses previos a su asesinato, el alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, usó sus redes sociales para documentar operativos, exponer agresiones contra autoridades y denunciar la infiltración del crimen organizado en la vida política en dicha región de Michoacán .

Los mensajes ofrecen una cronología de amenazas, acciones policiales y llamados enérgicos a autoridades federales, en un contexto marcado por la creciente violencia que afecta a Michoacán.

A través de las constantes publicaciones, Manzo reportó desde decomisos de armas y drogas hasta la cancelación de fiestas por episodios violentos, sus textos plasman la realidad diaria de un municipio sitiado por células como el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y como Los Caballeros Templarios , y en cada mensaje el presi

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