En apenas un par de meses, Shein y Temu pasaron de ser nombres desconocidos a protagonistas de la rutina digital de miles de argentinos. Lo que empezó con moda exprés y precios imposibles hoy incluye artículos para el hogar que redefinieron el consumo doméstico. Fundas de lino, floreros de diseño, lámparas portátiles y organizadores transparentes forman parte de un catálogo que parece no tener fin.

Shein fue la primera en detectar el deseo estético detrás de la compra: la fantasía de vivir rodeado de objetos lindos, aunque no tan costosos. Su sección Home funciona como un tablero visual donde cada producto parece pensado para Instagram. Jarrones, mantas, cuadros y plantas artificiales se muestran en ambientes neutros, suaves, casi de catálogo escandinavo.

Temu , en cambio, apuest

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