Las elecciones de Tanzania celebradas el 29 de octubre no terminaron con el cierre de los colegios escolares. Y casi una semana después, en Dar es Salaam y otras ciudades clave del país, un movimiento juvenil ha inundado las calles como señal de protesta contra los métodos utilizados por la presidente Samia Suluhu para obtener la victoria: rivales políticos arrestados, mítines bloqueados y medios bajo presión. La fórmula del abuso político que lleva aplicando el partido Chama Cha Mapinduzi (CCM), que lleva gobernando de forma ininterrumpida, con un líder u otro, desde 1977.

El día de la votación se produjo un importante despliegue de militares en los puntos clave de la capital, a la que se impuso además un toque de queda que duró los días siguientes. Con el miedo en el cuerpo de

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