La tienda Waldo’s del centro de Hermosillo llevaba cuatro años funcionando sin un programa de protección civil aprobado por las autoridades. Esa omisión, que parecía menor en los papeles, terminó convertida en tragedia: veintitrés personas murieron atrapadas entre fuego, humo tóxico y estructuras colapsadas, en lo que ya se considera el peor siniestro en la historia de la cadena, que cuenta con más de novecientas sucursales en el país.

Un día después de la explosión y del incendio, la empresa cerró de manera temporal sus sesenta y ocho tiendas en Sonora, mientras las autoridades iniciaron investigaciones por posibles fallas en seguridad y supervisión. El edificio, ubicado en la calle Doctor Noriega, entre Juárez y Matamoros, permanece acordonado. Los peritos avanzan entre vigas retorcidas

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