Despertar a las siete, trabajar ocho horas, contestar treinta correos, hacer la compra, sacar al perro, cenar… Y a las 20:30, sexo. En el calendario, con alerta incluida. Parece un chiste, pero no lo es. Cada vez más parejas lo hacen: agendan sus encuentros sexuales como si fueran una reunión de trabajo o una clase de yoga. En tiempos de estrés, pantallas y jornadas infinitas, la intimidad parece haberse convertido en otro pendiente más de la agenda. Lo que antes surgía de la chispa, ahora requiere de planificación.
La recesión sexual. El deseo, dicen los expertos, tiene cada vez menos espacio donde aparecer. La sexóloga y terapeuta de parejas Nayara Malnero lo detalla para eldiario.es con una frase que condensa el sentir de muchos: "Tenemos vidas en las que no hay tiempo para la intim

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