Según se cuenta, Karina Milei terminó de hartarse de Santiago Caputo cuando este se apuró a plantearle al Presidente, poco antes de las elecciones, un radical cambio de gabinete que lo tendría a él como protagonista central y máximo beneficiario. No solo porque quiso vender la piel del oso antes de cazarlo. Sino porque la premisa con que actuó fue que el oso iba a ser más bien un osito, y esa era la condición esencial por la que su intervención salvadora se volvía más necesaria para el proyecto oficial.
No fue él el único que apostó a un triunfo acotado, que volviera a Milei más dependiente de la ayuda que otros pudieran brindarle. Mauricio Macri coincidió en este punto. Y en alguna medida fue también la premisa con que se comportó en los últimos meses Guillermo Francos . De allí

 Todo Noticias

 Noticias de Argentina
 Minuto Uno Economía
 Minuto Uno Política
 Daily Kos