El asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, no sólo estremeció a Michoacán. Rebotó con fuerza en los principales medios y despachos diplomáticos de Estados Unidos, donde la cobertura fue tan inmediata como significativa. En pleno Día de Muertos, el crimen de un político que se atrevió a desafiar a los cárteles volvió a desnudar la vulnerabilidad institucional de México y el costo humano de una estrategia de seguridad que no detiene la violencia.

Desde The New York Times y el Washington Post hasta Reuters y The Wall Street Journal , la prensa estadunidense dedicó primeras planas y editoriales al asesinato del edil michoacano. La narrativa fue coincidente: un hombre que denunció a los grupos criminales que extorsionaban a los productores de aguacate y limón —los motores ec

See Full Page