Veinte años después de su fundación, reafirma su compromiso de acompañar a las familias latinas que enfrentan uno de los momentos más difíciles de la vida: la pérdida de un ser querido lejos de casa.

Durante dos décadas, la empresa ha sido un puente de amor y solidaridad entre los migrantes en Estados Unidos y sus raíces en América Latina, brindando tranquilidad, respeto y humanidad en cada repatriación.

“Cuando iniciamos este proyecto en 2005, lo hicimos pensando en esas familias que no sabían a quién acudir cuando alguien moría fuera de su país” , recordó Jorge Iván Ospina Isaza uno de los fundadores de . “ Nos movía el deseo de que ningún latino se sintiera solo en ese momento tan doloroso. Que supieran que había una empresa dispuesta a responder con empatía, eficiencia y compromi

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