Por: Felipe Rodríguez Espinel

En nuestro país enfrentamos una paradoja institucional, mientras el presidente Gustavo Petro propone una Asamblea Nacional Constituyente como solución a su autoproclamado «bloqueo institucional», la realidad demuestra que lo que denomina bloqueo es simplemente el funcionamiento normal de una democracia con pesos y contrapesos. La pregunta no es si una constituyente es legalmente posible, lo es, pero si no se representa una salida democrática o una huida hacia adelante ante la incapacidad de construir consensos políticos

El gobierno necesita 54 senadores y 86 representantes para aprobar la ley habilitante. Controla apenas 20 de los primeros y 28 de los segundos. No estamos ante una minoría opositora obstruccionista, sino ante una mayoría parlamentaria que eje

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