Saltillo, Coah.- Mateo tiene 4 años y apenas empieza el jardín de niños. Es curioso, vivaz y con una energía que desborda cada rincón del aula. Pero cuando algo no sale como él quiere –si un compañero no le presta un color, si lo dejan fuera del juego o si escucha que alguien “se portó mal”–, su respuesta es la misma: “cachetea”.

Para él, golpear no es una falta, sino una forma legítima de defenderse o de imponer su voluntad. Ha aprendido que los golpes sirven para resolver los problemas.

El caso de Mateo no es aislado. Según un diagnóstico reciente de la Secretaría de Educación de Coahuila, 36 mil de cada 100 mil estudiantes –desde preescolar hasta nivel superior– viven algún tipo de violencia, ya sea física o sicológica. El dato, revelado por el secretario Emanuel Garza Fishburn,

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