I. DÉCADAS DE FRACASO

Tras el asesinato de Carlos Manzo , alcalde de Uruapan, el secretario Omar García Harfuch intentó mostrar que sí había colaboración con el municipio: dijo que desde diciembre contaba con seguridad, que se reforzó en mayo, y que la Guardia Nacional le asignó 14 elementos y dos vehículos. Pero esa justificación sólo agrava la tragedia. ¿De qué sirve tener escoltas y patrullas si ni así se puede proteger la vida de un edil? ¿Qué queda entonces para los ciudadanos comunes? Este crimen exhibe el fracaso de las últimas dos décadas por parte del Estado para garantizar la seguridad y es la evidencia cruda de una seguridad oficial que no protege, sino que maquilla.

Los datos duros de la protección a Manzo confirman que, aun con vigilancia reforzada, cualquier au

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