Una lengua dorada, del color del trigo, asomando en un reptil de apenas seis o siete centímetros. Este es el sorprendente detalle que ha puesto sobre la pista a un equipo de científicos en las remotas montañas Hengduan de China. El descubrimiento de este pequeño lagarto, con un rasgo absolutamente insólito entre sus parientes, demuestra una vez más que el catálogo de la biodiversidad del planeta está lejos de cerrarse y que aún esconde tesoros en los lugares más inesperados.

De hecho, fue esa singularidad, junto a una coloración corporal muy específica que le sirve de camuflaje, la que llevó a los expertos a sospechar que se encontraban ante una especie sin documentar. Bautizado formalmente como Diploderma bifluviale , este animal se ha convertido en un nuevo miembro del género de l

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