Con la temporada de gripe golpeando más temprano en varias partes del mundo y el COVID-19 aún presente, expertos en salud pública advierten que Estados Unidos podría enfrentar una temporada especialmente difícil para las enfermedades respiratorias. El cierre de gobierno iniciado en octubre interrumpió la recopilación de datos clave de los Centros para el Control y Prevención de las Enfermedades (CDC), limitando la capacidad de seguimiento y respuesta a los brotes.
La vigilancia en pausa
La Dra. Linda Nabha, especialista en enfermedades infecciosas, explicó a WTOP que sin los datos del CDC, los médicos “trabajan a ciegas” y la detección temprana de brotes es más difícil. El monitoreo federal es clave para identificar cepas emergentes y temporadas de gripe severas.
Esta situación coincide

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