La pasta es uno de los platos más fáciles y rápidos de preparar. Además, debido a su gran versatilidad, puede acompañarse con una amplia variedad de salsas y condimentos, adaptándose a todos los gustos. Cuando pensamos en un plato de pasta, inevitablemente nos viene a la mente la clásica pasta con salsa boloñesa, elaborada con verduras como la zanahoria, el ajo y la cebolla, y cuyo ingrediente estrella es, sin duda, el tomate.
Sin embargo, existe otra salsa igualmente deliciosa que puedes incorporar para disfrutar de un bocado lleno de sabor que te transportará directamente al corazón de Italia, se trata de la salsa arrabbiata. Esta suele servirse con los tradicionales pennes , un tipo de pasta italiana corta, en forma de tubo y con los extremos cortados en ángulo, lo que permite que la salsa se adhiera perfectamente.
El origen de esta receta se encuentra en la región de Lazio, concretamente en la ciudad de Roma. Además de acompañar platos de pasta, la salsa all'arrabbiata también puede emplearse en preparaciones con carne, pescado o incluso como base para pizzas. Como su propio nombre indica, arrabbiata significa “enfadado” en italiano, un término que hace referencia a su sabor picante y a la sensación de calor que provoca, llegando incluso a enrojecer el rostro de quien lo degusta.
Sus ingredientes principales son sencillos, pero potentes: tomates maduros, ajo, guindilla y una pizca de sal. Aunque su origen exacto es incierto, se cree que surgió en el siglo XIX. Según algunas versiones, fue creada por los pastores que vivían en las frías montañas de esta región, quienes añadían guindilla a sus comidas para mantener el calor durante las noches de invierno.
El tomate es el ingrediente principal para hacer esta receta, no solo aporta color y sabor, sino que también tiene un valor nutricional. Es una potente fuente de carotenoides, responsables de su característico pigmento rojo y de sus propiedades antioxidantes, así como de vitamina C. Cabe destacar que una sola ración de esta verdura puede cubrir el 61% de la ingesta diaria recomendada de vitamina C , según la Federación Española de Nutrición (FEN).
Como quitar la acidez al tomate
Si queremos reducir la acidez que desprende el tomate en la salsa, además de añadir azúcar, existen otras opciones para lograr tener un resultado sabroso y suave. Por ejemplo, podemos incorporar una pizca de bicarbonato sódico, aproximadamente un cuarto de cucharilla, suficiente para neutralizar la acidez sin dejar un sabor extraño. Eso sí, el secreto está en probar y ajustar hasta dar con el equilibrio perfecto.
Otra alternativa es añadir un lácteo graso, como puede ser la mantequilla o la nata, que potencia el sabor, aporta cremosidad y suaviza esa sensación agria típica del tomate.
Y si vas a combinar la salsa con pasta, como es este caso, puedes incorporar hortalizas naturalmente más dulzonas como la zanahoria, la calabaza o el boniato. Además de reducir la acidez, aporta color y un toque delicioso al plato.
Receta de Penne all'arrabbiata

El penne all'arrabbiata se prepara con relativa rapidez, entre preparación y cocción a penas necesitaremos unos veinte minutos. Con estas cantidades obtendrás raciones para cuatro personas:
- Medio kilo de penne (pasta corta o la que prefieras)
- Un chorro de aceite de oliva virgen extra
- Tres dientes de ajo
- 100 gramos de panceta, unas 5 o 6 lonchas
- Medio kilo de tomates en conserva natural
- Pimienta de cayena molida al gusto
- Sal
- Albahaca fresca al gusto (opcional)
- Un paquete de queso pecorino romano o parmesano rallado
Con todos los ingredientes preparados, podemos comenzar nuestra deliciosa receta. En primer lugar, tomamos una sartén y la colocamos a fuego medio. Luego, agregamos un chorro generoso de aceite de oliva y, acto seguido, incorporamos dos dientes de ajo, previamente laminados.
Cuando los ajos comiencen a freírse, añadimos la panceta cortada en trozos y la cocinamos hasta que adquiera un tono dorado y crujiente. Después, incorporamos el tomate entero pelado, que podemos trocear en la propia lata, con sumo cuidado de no cortarnos con el borde de metal. Es importante que no desechemos el jugo de la lata, ya que aporta sabor y textura.
A continuación, incorporamos una pizca de sal y de pimienta de cayena y removemos todos los ingredientes para que se integren bien. Dejamos que el tomate se cocine durante media hora, mientras removemos de vez en cuando para evitar que la mezcla se pegue a la superficie de la sartén.
Mientras tanto, llenamos una olla con agua hasta algo más de la mitad y la ponemos a fuego medio. Cuando el agua empiece a hervir, añadimos una pizca de sal y cocinamos la pasta siguiendo atentamente las instrucciones del fabricante y removemos de vez en cuando para que no se pegue al fondo del cazo.
Con la salsa ya cocida, añadimos un puñado de albahaca fresca y mezclamos. Cuando la pasta esté lista, la escurrimos con un colador para eliminar el exceso de agua y la incorporamos a la sartén con la salsa. Mezclamos durante varios minutos permitiendo que los sabores se integren. Finalmente, cuando todo esté en su punto, servimos en un plato y añadimos el queso rallado al gusto.

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