La relación entre Carlos III y su hijo el príncipe Harry nunca ha estado en un momento tan delicado. El distanciamiento entre ambos no solo se traduce en silencios y reproches, también tiene víctimas colaterales: los pequeños Archie y Lilibet , los nietos que el monarca apenas ha podido conocer. Y, según apuntan fuentes cercanas al entorno de los Sussex, Meghan Markle es quien está poniendo todas las trabas para que ese encuentro no se produzca.

Desde que los duques de Sussex decidieron romper con la Casa Real y marcharse a California, las visitas se cuentan con los dedos de una mano. Carlos III conoció a su nieta Lilibet apenas unos minutos durante el Jubileo de Platino de Isabel II, y no ha vuelto a verla. De Archie, poco más que fotografías. El rey, cuentan, se siente frustra

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