Por Carolina Favini (*)
Tenía doce años el día que, decidida, le comuniqué a mi mamá que ya no volvería a comer carne. No hubo conversación previa, ni hecho traumático, ni nada. Solo una decisión y, desde ese momento y hasta hoy, nunca más consumí ningún tipo de carne (ni rojas ni blancas), fiambres, embutidos. Tampoco pescados. Recién ahí, con la decisión tomada y un libro que me prestó mi tía -sobre alimentación con plantas o algo similar- comencé a informarme sobre el vegetarianismo.
Por supuesto que, durante estos veintinueve años hubo acontecimientos que me atravesaron, como saberme embarazada. Puedo jurar que no es lo mismo ser vegetariana hoy, que en el momento en que decidí serlo. El obstetra me derivó inmediatamente a consulta con nutricionista y esta, luego de insistir en

La Capital AR

Raw Story
Mediaite