Han pasado 40 años y pareciera que la historia hubiese quedado atrapada en los baños del Palacio de Justicia, sin poder salir de esas paredes calcinadas que ya solo existen en los lacerantes recuerdos

Por qué no cierran las heridas. Por qué después de tantos años continúan sangrando y doliendo. Esto me ha dado vueltas en la cabeza las últimas semanas. Entre el 6 y el 13 de noviembre de 1985, Colombia sufrió dos tragedias que abrieron heridas profundas en el alma nacional: el holocausto del Palacio de Justicia y la desaparición de Armero. Con la proximidad de los 40 años se han despertado los recuerdos . He vuelto a pensar en personas que murieron allí, que conocí y quise, y en otras que admiré, aunque nunca conocí.

Durante estos días me impuse la tarea de leer libros, releer crónicas e

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