El presidente ha dedicado más tiempo a desmentir relatos negativos sobre sus excompañeros en armas que a asumir una responsabilidad por la violencia que desencadenó hace 40 años el grupo del que fue miembro
El presidente Gustavo Petro se considera a sí mismo un gran comunicador , y hay un relato del que no piensa perder el control: su versión sobre lo que ocurrió hace 40 años en lo que se conoce como la toma y retoma del Palacio de Justicia, uno de los episodios más violentos de la violenta historia política de Colombia. Su voz es clave porque el ahora mandatario fue miembro de la guerrillera que hizo dicha toma, el M-19. Varios de sus entonces compañeros decidieron tomarse el Palacio y secuestrar a los magistrados de las altas cortes para, decían, “juzgar” al entonces jefe de Estado,

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