Un grupo de productores de cine mexicano sigue con la mano extendida desde el sexenio pasado: el Instituto Mexicano de Cinematografía les “debe” los recursos ganados por los extintos Foprocine y Fidecine, desaparecidos en 2020 por órdenes presidenciales .Aunque María Novaro prometió cerrar su gestión sin adeudos, la deuda continúa . A un año del nuevo liderazgo, hay producciones que incluso ya se estrenaron en festivales y aún no reciben más de 100 mil pesos. El dinero, dicen, está atorado en Hacienda. “No es mucho, pero es nuestro”, comentan los afectados , que esperan un milagro administrativo antes de que llegue otro cambio de gobierno.

Calladitos se ven más bonitos. Voces del doblaje se silencian en espera de justicia

Locutores y actores de doblaje , los mismos que hace m

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